En ese sentido supongo que mis fabricantes de ejemplo Meierhaus y Schulzehaus pertenecen a la misma facción. Si es film para embutidos o para quesos, aislamiento de chocolate o de frambuesa no es relevante aquí, porque no desplaza ninguna abertura de ventana, no afecta los claros de techo, y así sucesivamente. Aquí se mantiene la ventaja de contratar un arquitecto no pétreo para una casa de madera, es decir, completamente conservada. Los constructores de marcos de madera prácticamente inventaron el sistema de aislamiento térmico integral, un sistema de aislamiento térmico combinado no tiene cabida en una construcción de entramado de madera. Ahí ya trazaría la línea gris entre "economía" y "pretencioso con ascendente falso".
Ese es precisamente el gran error. Uno usa una estructura de postes de 160 mm y luego pone un SATE de 1 mm (incluso lo mencionan explícitamente en la página principal, un pequeño con 110 millones de facturación), el siguiente tiene una estructura de postes de 200 mm, etc., etc. Durante años, los fabricantes solo se han diferenciado en el grosor del poliestireno que han colocado sobre su pared de entramado de madera.
330 mm de espesor de pared es realmente la versión económica. 360 a 420 a 440 mm, ahí están las diferencias al final. Y si entonces se planea un HOAI de nivel 1 a 3 y viene el ingeniero estructural, puede ponerse divertido. Porque al final también decide el precio. Ese es también el gran peligro de la "reposo de la masa".
Si me permiten citar a un fabricante: entre 360 y 420 m² hay 5 m² de superficie habitable. Eso puede ser decisivo, junto con los famosos 15.000 euros de costes adicionales, o quizá no.