Climbee
02.09.2020 13:05:58
- #1
No es del todo correcto: es es totalmente irrelevante si al alcalde o al consejo municipal les gusta la casa o si ELLOS CREEN que encaja o no en el pueblo. Ese era el problema: el consejo municipal y el alcalde estaban estrictamente en contra (otro tipo de cumbrera, algo así nunca lo habíamos visto, demasiado moderno, etc.) La autoridad superior de construcción (LRA y por tanto la instancia decisiva definitiva) opinaba lo contrario: se cumplen todos los requisitos legales, se puede construir así.
El gusto y la preferencia del alcalde y el consejo municipal nunca pueden ser un criterio de decisión, ni por asomo; dónde llegaríamos.
Las disputas con el municipio nos costaron en total 2 años, pero al final valió la pena: pudimos construir como queríamos. Pero admito que cuesta mucho nervios y que en ocasiones me quedé sin fuerzas y casi me rendí. Ahí nuestro arquitecto siempre fue muy tranquilo. Siempre decía: vamos a lograrlo, desde el punto de vista legal no hay nada que lo impida.
También fuimos antes a la oficina municipal de construcción, consultamos, acordamos, etc. Pero el empleado de la oficina de construcción no está en el consejo municipal, y ellos simplemente no querían (y tampoco sabían leer bien los planos, fue indescriptible cuánta estupidez había concentrada en un espacio tan pequeño. Todavía hoy pienso en ello con horror).
El resultado final fue que, tras la repetida negativa del municipio, el responsable correspondiente en la oficina de construcción del LRA envió una carta clara al municipio explicando por qué la construcción puede y debe realizarse así. Ese fue el pobre tipo que tuvo más trabajo por ello. Luego había que esperar el plazo durante el cual el municipio tenía la posibilidad de presentar una objeción ante el tribunal administrativo. Mis nervios estaban bastante al límite y temblaba, pero nuestro arquitecto seguía siendo una persona muy fría y solo decía: no te preocupes, el tribunal administrativo seguirá la opinión de la autoridad superior de construcción. El municipio tendría que tener argumentos muy sólidos y no los tiene. Y tenía razón.
El gusto y la preferencia del alcalde y el consejo municipal nunca pueden ser un criterio de decisión, ni por asomo; dónde llegaríamos.
Las disputas con el municipio nos costaron en total 2 años, pero al final valió la pena: pudimos construir como queríamos. Pero admito que cuesta mucho nervios y que en ocasiones me quedé sin fuerzas y casi me rendí. Ahí nuestro arquitecto siempre fue muy tranquilo. Siempre decía: vamos a lograrlo, desde el punto de vista legal no hay nada que lo impida.
También fuimos antes a la oficina municipal de construcción, consultamos, acordamos, etc. Pero el empleado de la oficina de construcción no está en el consejo municipal, y ellos simplemente no querían (y tampoco sabían leer bien los planos, fue indescriptible cuánta estupidez había concentrada en un espacio tan pequeño. Todavía hoy pienso en ello con horror).
El resultado final fue que, tras la repetida negativa del municipio, el responsable correspondiente en la oficina de construcción del LRA envió una carta clara al municipio explicando por qué la construcción puede y debe realizarse así. Ese fue el pobre tipo que tuvo más trabajo por ello. Luego había que esperar el plazo durante el cual el municipio tenía la posibilidad de presentar una objeción ante el tribunal administrativo. Mis nervios estaban bastante al límite y temblaba, pero nuestro arquitecto seguía siendo una persona muy fría y solo decía: no te preocupes, el tribunal administrativo seguirá la opinión de la autoridad superior de construcción. El municipio tendría que tener argumentos muy sólidos y no los tiene. Y tenía razón.