Buenos días,
algunos de ustedes describen justamente lo que yo recomiendo a mis clientes que no hagan ahora mismo. Es decir, ¡subordinar la posesión de una casa al resto de la vida!
€ 100,00/mes por un teléfono móvil no era hasta hace poco algo tan inusual; sólo con el aumento de la competencia/la jurisprudencia el mercado de proveedores se ha movido de manera perceptible para todos. Por eso, aun así no quiero una tarifa de Aldi; necesito mi móvil para el trabajo, necesito buena cobertura y tampoco quiero tener que esperar a que mi tarifa sea "reactivada". Pero tampoco pertenezco a los que pagan el móvil a través de la tarifa mensual, ni estoy obligado a tener siempre el último modelo de móvil. Mi móvil es mío, debe hacer bien su trabajo y los costos de funcionamiento deben estar en una relación económica con el uso; la adquisición de uno nuevo se realiza en promedio cada 3-4 años.
Tampoco tengo un empleador que me financie mi móvil ni sus costos de consumo, ni un coche de empresa, que sólo me cuesta la regla del 1% y desplazamientos privados ocasionales. Tampoco dispongo de una cantina; pero conozco muy bien en mi zona los cafés, bares y restaurantes. A menudo tengo que matar tiempo, ya sea porque llego antes a un destino o porque una cita se ha cancelado. Ese tiempo lo aprovecho —dependiendo de la hora— para tomar un café o para comer. Porque de nada me sirve que cocine bien (al menos eso dice quien les habla) si durante el día no hay tiempo o si la noche es tan tarde que ya no tengo ganas. Además: el tiempo libre durante el día "es" a menudo unas pequeñas vacaciones del día a día.
Recuerdo bien cuánto nos costaron nuestros dos bebés; pero no entro en detalles, porque eran otros tiempos. En cambio, hoy veo con mi nieta lo que cuesta un niño; con € 100,00 no nos llega y ya hemos estado sintiéndonos como unas 100 veces y más en el parque infantil. Ahora se podría argumentar que los abuelos eran más liberales en todos los tiempos; pero descontando ese extra, igual no alcanza con la suma mencionada.
En este momento tenemos una "racha": primero la lavadora, luego el lavavajillas en el Orff. Desde la semana pasada una reparación más grande en el coche; el coche de repuesto que nos proporciona mi hijo quiere ser un autocine, así que también va al taller. ¡Espero que ya sea todo!
Lo que quiero decir con esto es que no todas las situaciones de la vida son transferibles, ni se puede valorar la forma de vivir de cada uno. Aunque todos escriban que nadie es juzgado, queda una presión perceptible: "¿qué estoy haciendo mal? – ¿tengo que vivir casi como un asceta para poder construir una casa?" Y lo que aparentemente ninguno tiene en cuenta es el fondo para adquisiciones necesarias nuevas.
Construir una casa unifamiliar debe permitir vivir, y vivir como cada persona lo imagina!
Saludos, Experto en construcción