Bueno, el primero, al parecer, intentó vendernos una casa que había diseñado para otra persona, que luego construyó con alguien más. La casa no era en absoluto adecuada para nuestro terreno. Como dije, la ajustaron. Sin embargo, no nos gustó la forma en que trataron de hacernos aceptar esta casa, aunque explicamos que no queríamos eso y que, en nuestra opinión, no era viable para el terreno. Y cómo no se tomaron en cuenta nuestras peticiones.
La segunda empresa nos ofreció una casa bastante barata. Los materiales y el equipamiento que utilizan no corresponden en absoluto a nuestras expectativas. Fuimos allí por recomendación de un colega de mi esposo; de lo contrario, probablemente ni siquiera habríamos consultado.
Lo que tiene que suceder es que se consideren nuestras peticiones y que la descripción del proyecto y de los servicios nos satisfaga. También es importante para nosotros que el constructor dé una impresión seria y confiable y que no solo quiera vendernos CUALQUIER COSA.
Pero con eso no hemos “quemado” a nadie. ¿Qué quiere decir eso? No es algo para firmar con cualquier persona que aparezca por ahí.