Por supuesto, hay que decir en cuanto a lo mencionado arriba que, cuando se cierra una brecha de construcción en un plan existente o algo similar, como promotor individual probablemente se tiene poca influencia en ello.
Por lo demás, suena bien que en áreas de nueva construcción se consideren con detenimiento muchos aspectos de antemano (impacto en el medio ambiente, tráfico, etc.), pero cuando a consecuencia de estas consideraciones son necesarias modificaciones, eso suele generar largos retrasos, especialmente si alguna de las partes afectadas comienza a oponerse. Por ejemplo, para nuestra zona de construcción hay un plan de urbanización desde hace más de diez años y ahora se está implementando en gran medida. Ya está prevista, por ejemplo, una pantalla acústica hacia la vía del tren. Sin embargo, en un nuevo estudio acústico se determinó que en un lado debería ser 10 m más larga, mientras que en el otro lado se puede acortar. Pero eso no encaja completamente con los terrenos vendidos al BT, por lo que debe comprarse una pequeña franja de terreno a la compañía ferroviaria, que a su vez exige otras condiciones. Mientras tanto, la ciudad bloquea muchos otros pasos porque eso debe aclararse primero...
Otro ejemplo (misma ciudad): tras protestas y estudios se constató que en un área de construcción planificada hay uno o dos árboles protegidos. El desarrollador del proyecto ajustó el plan para que estos puedan conservarse. La ciudad rechazó el nuevo plan porque así se reduce el número de unidades de vivienda por debajo de la cantidad originalmente planeada. Por supuesto, eso afecta a todo el conjunto residencial y no solo al bloque donde estaba el árbol protegido. Hace tiempo que no he revisado cómo ha evolucionado el asunto, pero según sé, aún sigue generando trámites de permisos, aunque partes de los terrenos ya fueron sorteadas y asignadas hace años; solo que los posibles constructores no pueden edificar en ellos.