Hay dos puntos de vista: desde un punto de vista económico, con los precios actuales se tarda una eternidad en recuperar la inversión adicional. Y aunque el sobreprecio sea absurdo, como cliente apenas se puede hacer algo al respecto. Por otro lado, la ruta actual es alejarse de los combustibles fósiles. También se regula mediante cosas como el impuesto al CO2. Opinión personal (!): Yo no instalaría otra calefacción que no sea una bomba de calor hoy en día, salvo que no haya otra opción para calentar. El camino está claro, alejarnos de los fósiles. Para los cálculos de amortización, en realidad habría que considerar el aumento del impuesto al CO2, etc., así como el precio variable de la electricidad. Pero yo apostaría claramente por la electricidad, que al menos DE puede producir por sí mismo y, hasta cierto punto, incluso uno mismo. En cambio, el gas hay que importarlo, y lo rápido que fluctúa su precio (cuando la política mundial tiene un conflicto) se puede ver bien actualmente. También hay un tema sobre el aumento de los precios del gas.