hizo exactamente eso. Observó en el contenedor de vivienda en la propiedad cómo se llevaban a cabo la demolición, las excavaciones y la nueva construcción.
No pasó nada sin su consentimiento
Sí, nos mudamos a un contenedor de oficina en la propiedad al inicio de la demolición. Sin embargo, ya habíamos vivido muchos años en la casa de la propiedad. Hicimos instalar un contenedor de oficina (2,5 x 6 m, que ya habíamos tenido en otro lugar de la propiedad) a 1 m de una cochera ya construida. Delante pusimos una gran carpa para fiestas (4x4m), en la que colocamos los muebles viejos de la cocina, la mesa del comedor y algunos muebles pequeños. La cochera servía como sótano sustituto y trastero. En el contenedor teníamos nuestra cama doble, sofá, televisor, un gran armario de oficina y una estantería para la ropa más importante. Entre la cochera y el contenedor había un espacio intermedio para la ducha y el baño químico, que habíamos cubierto. Básicamente nos habíamos construido una pequeña unidad residencial. Sin embargo, la ducha y el baño solo tenían clima exterior, y la cocina tampoco mucho más, lo que con el "verano" del año pasado en las últimas semanas ya fue agotador. No habríamos aguantado más de seis meses. Al principio el agua de la cafetera incluso se congeló.
Los muebles y cosas restantes los almacenamos en dos cocheras más en la propiedad.
Pero también teníamos un plan de tiempo estricto que debía cumplirse sí o sí por la situación de vivienda. Y funcionó.
El solado llegó el 18 de agosto, luego una semana de secado con mucha ventilación. Tras una semana puse un deshumidificador porque las paredes seguían demasiado húmedas. El 31 de agosto se alicataron los azulejos en la esquina para la calefacción, y el 3 de septiembre ya estaba puesta la calefacción. Después 4 semanas de programa de secado del solado con la calefacción, a mediados de septiembre comenzó el albañil de secado, que terminó a finales de ese mes. El 1 de octubre empezamos a pintar y a poner los suelos. El 15 de octubre nos mudamos. Aunque entonces no había puertas interiores (problemas de entrega), ni cocina (Ikea también decidió no respetar fechas fijas de entrega), y solo estaba el baño de invitados. El baño se terminó de alicatar y de instalar los grifos la semana siguiente, las puertas y la cocina llegaron a mediados de noviembre. Pero no fue ningún problema, con nosotros las puertas casi siempre están abiertas, y como cocina nos sirvieron algunas mesas con dos placas eléctricas encima, que junto al frigorífico todavía teníamos. También las lámparas se instalaron poco a poco, según las iba encontrando en las cajas. Pero poder ir al baño al fin en un lugar calentito valió oro. El resto llegó en las siguientes semanas, aún no estamos completamente terminados (falta el azulejo espejo y el alfeizar en la cocina, y en otoño se pintarán algunas paredes en colores); pero primero nos importaban las zonas exteriores, hace dos semanas pudimos quitar las últimas vallas cuando por fin se puso la cerca, y casi no se nota que aquí hubo una obra.