Me gusta Eket. La mesita de noche colgada en la pared es una idea excelente; me la guardo en la cabeza. Me molesta cada vez que paso la aspiradora y limpio el suelo.
Como ya he escrito, tenemos bastantes muebles de Ikea y habrá aún más. Pero eso no significa que toda la casa se llenará de Ikea. Algunos armarios de granja antiguos y vitrinas – madera realmente vieja, en parte con pinturas – son y seguirán siendo el punto focal. Han sobrevivido a tantas generaciones y para mí simplemente son atemporales. Y encajan perfectamente en la casa de entramado. Hoy en día no se consiguen armarios tan bonitos (o solo con mucha dificultad y a un alto precio).
Y sí, lo admito, estoy muy marcado por mi niñez y juventud: en los 80 fueron los macizos muros de armarios — "paredes modulares", cocinas blancas con frentes de colores y los muebles de tablas en tablas para el suelo. En los 90 llegaron muebles negros para acumular polvo en la habitación juvenil, zonas de asientos acolchados aparatosas, cocinas empotradas de roble rústico con bancos en esquina a juego y aparadores supuestamente rústicos para la sala de estar, junto con mesas de baldosas.
Creo (y espero) que la mayoría de las adquisiciones de Ikea son atemporales. Mi primer Billy lo compré hace 20 años y aún no me he cansado de él. Igual con varios armarios de cocina y dormitorio – sin adornos, sin un estilo particular. Puede ser que muchos lo vean como algo sin personalidad. Yo lo veo como una oportunidad para disfrutar mucho tiempo de lo básico y luego trabajar con piezas pequeñas de decoración (con gusto también cosas antiguas del desván ) y textiles.