Cuando los niños se hayan ido, seguramente se podrá pensar en ello, pero eso aún tardará algunos años.
Creo que en esta fase todavía tan activa no se puede ni imaginar que uno llegue a no tener ningún vínculo emocional con su todavía esposa, ninguna responsabilidad, pero tampoco ninguna colaboración, y menos aún con los suegros, quienes, comprensiblemente, darán su cariño al nuevo novio (pronto tal vez también esposo). Con esto no quiero decir que de repente uno deje de querer a alguien con quien hasta ahora tenía una conexión tal vez incluso bastante estrecha, pero al final ambas partes probablemente cambiarán en direcciones completamente distintas (quizá incluso geográficamente); después de todo, uno se separó porque tenía visiones del mundo o de la vida irreconciliablemente diferentes.
Por supuesto, nadie puede saber cómo se desarrollará todo, pero con alta probabilidad se puede afirmar que, tal como desea el OP, probablemente no ocurra, porque todos los involucrados tienen sus propias ideas tras una separación así: los suegros, las dos parejas nuevas, los niños según su edad y etapa de vida.
No se pretende convencerte de nada que represente tu postura fundamental. Sin embargo, en algunos momentos parece percibirse que actualmente subestimas tus propias necesidades, algo que tampoco gustará a tus hijos. Encuentro que la generosidad, que por cierto no tiene que expresarse necesariamente en dinero, es algo genial en general, pero también se debería tener en cuenta que esperamos tener muchos años más de vida agradable y que en algún momento esta corta etapa matrimonial no debería afectar la nueva vida. Porque de lo contrario existiría el riesgo de que una nueva pareja tenga que "soportar" lo que se quiso ahorrar al expareja, y eso no lo consideraría ni justo ni útil para una relación nueva que ojalá sea duradera. A tu nueva pareja le gustan los niños y tampoco se queja, eso es muy bueno; sin embargo, tampoco se debería abusar de este punto, ya que al fin y al cabo no son sus propios hijos y con la exesposa no hay absolutamente ningún vínculo emocional.