Actualmente reina una extrema incertidumbre en el mercado respecto a la evolución futura de los tipos de interés. El alejamiento de la energía rusa hacia fuentes alternativas de energía (anteriormente "más caras" antes de la guerra de Ucrania) no permite esperar una bajada significativa de los precios de la energía. La problemática de las cadenas de suministro persiste desde el coronavirus y se agrava aún más debido a la guerra y la política cero covid de China. Durante mucho tiempo, el BCE esperó poder "dejar pasar" el tema y atribuyó las tasas de inflación a efectos temporales (por ejemplo, en Alemania, el cambio del tipo de IVA durante el coronavirus y los precios muy bajos de la energía en ese periodo). Sin embargo, ahora se está evidenciando que las altas tasas de inflación no son solo temporales, sino que permanecerán debido a problemas continuamente nuevos. Los estadounidenses lo han reconocido y muestran signos claros de contrarrestarlo (subidas de tipos de interés, reducción de compras de bonos, etc.). Mientras que el BCE actúa aún de forma mucho más cautelosa, esto debilita el tipo de cambio EUR/USD y aumenta para nosotros los precios de importación del petróleo (generalmente facturado en USD), y con ello la inflación. Debido a la presión inflacionaria persistente, las empresas suben los precios y, al final, nosotros como "consumidores" también sentimos las consecuencias.
En sentido contrario a los puntos anteriores, que en realidad deberían llevar a subidas significativas de los tipos de interés, está el tema de la inmensa deuda pública y empresarial. No se pueden permitir tipos de interés que suban mucho.
Por lo tanto, la curva de tipos está actualmente aumentando fuertemente a corto plazo y luego muy plana/decreciente. El spread bancario a 10 años/30 años no varía mucho. Las diferencias de precio se deben más bien al derecho de rescisión tras 10 años previsto en el Código de Construcción integrado.
Del entorno bancario también la siguiente información: debido a la incertidumbre del mercado, los costes de financiación de los bancos ya han aumentado considerablemente. También hay cambios de modelo respecto a la evaluación del riesgo de los créditos inmobiliarios que exigirán mayores márgenes por parte de los bancos. Se espera que se introduzca en la actividad de volumen en el tercer trimestre de 2022.
¿Ayuda esto ahora en la decisión forward sí/no? No lo sé, porque siempre es una decisión personal que depende de los ingresos y de la disposición al riesgo.