En nuestro contrato estaba así, que él permanecía inválido (es decir, no solo cláusula de desistimiento), hasta que lo anulamos. Allí prestamos atención a una formulación clara, de modo que el contrato de construcción pudiera ser válido únicamente para un terreno (y por supuesto el financiamiento). Pero como en nuestro caso todo está en orden, ahora no tuvimos problemas - pero si los hubiera, no se habría tenido que comprar el terreno dentro de algunos meses, y el contrato habría quedado sin efecto.