El terreno en sí tiene una superficie de 543 m² y además se adquiere una superficie de circulación vial de 108 m².
Interpreto la descripción total como un terreno de 651 m² en total, de los cuales 108 m² están ocupados por una calle privada, que el municipio desea asumir gustosamente bajo su responsabilidad (lo cual es muy loable).
Ahora he sabido por parte de la ciudad que ésta quiere adquirir la superficie de circulación vial (derecho de tanteo) y de ese modo entrar en el contrato de compra o incluso gestionarlo por sí misma.
Me parecería más conveniente para vosotros que el municipio primero adquiriera la superficie de circulación vial y que vosotros paguéis sólo por los 543 m² de terreno edificable el precio del terreno, los costes notariales y el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, en lugar de que compréis los 651 m² con todos los añadidos y luego cedáis los 108 m² al municipio.
Después de consultar con la actual propietaria, ella no está interesada en vender la superficie de circulación vial a la ciudad. Ahora me pregunto ¿por qué?
¿Saben por casualidad por qué la mayoría de los propietarios de terrenos de la zona no están interesados en ceder las superficies de circulación vial a la ciudad? Nos quiere conceder un derecho de uso a cambio.
No lo sé con certeza, pero no me cuesta imaginarlo. Los propietarios de terrenos de esta calle privada probablemente estén en desacuerdo con el municipio, siendo amables al decirlo, respecto al precio por metro cuadrado con que el municipio les compensaría, si asume la calle como pública. También vosotros debéis tener claro en esta operación que también tomáis esos 108 m² al precio de la vendedora y los cederéis al municipio al precio de compensación (y antes habréis pagado costes y tasas, lo cual consideraría evitables en vuestra posición). Para la vendedora y los demás propietarios se tratará de un principio, de quién sale victorioso en esta disputa, para ellos será una cuestión de honor militar y en el plano racional sólo será alcanzable en parte. Para los interesados en edificar al principio de la calle privada —especialmente si ellos mismos también pueden acceder a una calle pública existente— el asunto seguirá siendo poco relevante. Pero para los interesados en terrenos que sólo se acceden por la calle privada, además de eso está en juego si en sus terrenos siquiera será posible obtener permisos de construcción, porque para eso hace falta un acceso asegurado. Entonces, para el municipio está en juego la siguiente diferencia:
A. si el municipio no puede asumir la superficie de circulación vial, sólo el terreno en la confluencia con la calle municipal tendrá chances para un permiso de construcción; los terrenos situados detrás, en la calle privada, aunque tengan la calificación de suelo urbanizable, tendrán el riesgo de no obtener permiso de edificación (supongo que Strausberg tendrá tal vez una oficina de urbanismo, pero que las licencias no las concede directamente, sino el distrito MOL), y al municipio le "faltan" estos terrenos urbanizables, es decir, tendrá que designar en otro lugar suelo urbanizable ya infraestructurado para los posibles nuevos habitantes.
B. si el municipio puede asumir la superficie de circulación vial, entonces la construcción de todo el conjunto de terrenos en esta calle privada no estará bloqueada más. Sospecho que los derechos GFL en su configuración no serán suficientes para que el distrito conceda permisos de edificación.
Según mi sospecha, aquí está en juego para el municipio todo o nada y para los propietarios la victoria en una guerra de cabezas duras. La razón suele estar muerta ya hace tiempo en estos casos. No soy jurista, pero supongo que para ejercer el derecho de tanteo el municipio necesita que el terreno se ofrezca para la venta; pero por otro lado, en un litigio de expropiación carecerá de perspectivas si la calle privada también como calle municipal servirá sólo a los vecinos. Temo que estáis aquí entre frentes atrincherados y ni siquiera con el mejor consejo del foro podréis avanzar.