También creo que hay varias componentes que confluyen, por lo que solo se puede comparar de manera limitada una vivienda antigua con una nueva.
Vivo en la periferia de una gran ciudad. Cuando entramos puede haber fácilmente una diferencia de temperatura de 5 a 10°. Especialmente en verano, en el área rural la naturaleza absorbe y consume bastante calor, mientras que los bloques de concreto en la ciudad son auténticos acumuladores de calor.
Partiendo de que no comparamos una vivienda antigua en el campo con una nueva en la ciudad, los terrenos de las nuevas urbanizaciones suelen ser más pequeños que antes o se densifica aún más, además no hay árboles, las terrazas son más grandes... mejor ni hablar de los "jardines de piedra". Todo esto hace que el aire ambiente sea ya más cálido, similar a la gran ciudad.
Tenemos una terraza beige grande en el lado oeste hecha con losas de terraza de 8 cm de grosor. A pesar de que es clara, en verano desde el mediodía casi no se puede estar en la terraza sin asarse. La sala que está detrás se calienta mucho, a pesar de las persianas cerradas.
Desde que tenemos una cubierta con toldo, la terraza y también la sala detrás son mucho más agradables.
En la planta baja apenas tenemos problemas de temperatura en verano. Para esa buena sensación también contribuyen las baldosas en la planta baja.
En la planta alta ventilamos bien por la noche. Así pasamos bien el verano.
Pero eso solo funciona mientras por la noche también refresque un poco y no se mantenga como en la ciudad por encima de 25°.