También tuve que aprender que algunos tienen una comprensión de la calidad diferente. Cuando hablas con ellos todo es perfecto, luego miras la casa y casi te caes hacia atrás. Algunos nos recomendaron a su colocador de azulejos, pero después de que me golpeé el dedo gordo del pie con una loseta del pasillo que estaba un poco levantada, lo rechacé agradecido...