ypg
27.06.2017 22:45:54
- #1
Pues, en realidad no se hace nada más que de ayudante y empapelar, ¿pintar? [emoji6][emoji87]
Tu marido no tiene que decidir para qué oficio o para todos se toman los días libres, cuando empresas especializadas realizan los oficios. Imagina que llega el cliente y hace de practicante. Eso ningún profesional lo puede compensar, solo cuesta tiempo y él tiene a sus empleados que tiran del carro con él o que ponen ladrillos.
Él da garantía por el trabajo que está terminado al final del día.
Es distinto con la idea del albañil. Pero, ¿cómo se calcula o se factura eso? También debo decir que no es raro que solo haya 2 albañiles en una obra, sin un tercer ayudante.
Por supuesto, otro problema lo representa la logística en la construcción cuando los oficios los realizan amigos o conocidos. Tiene que cuadrar: no es raro que el amigo tenga dolor de espalda o simplemente no tenga ganas de trabajar aparte de su empleo, y siempre con la espada del trabajo en negro encima.
Pero bueno: ¡ánimo! Quien no arriesga... pero es un desafío físico. Hay que contar con que habrá que dedicar más tiempo o también tener un plan B.
Saludos, Yvonne
Tu marido no tiene que decidir para qué oficio o para todos se toman los días libres, cuando empresas especializadas realizan los oficios. Imagina que llega el cliente y hace de practicante. Eso ningún profesional lo puede compensar, solo cuesta tiempo y él tiene a sus empleados que tiran del carro con él o que ponen ladrillos.
Él da garantía por el trabajo que está terminado al final del día.
Es distinto con la idea del albañil. Pero, ¿cómo se calcula o se factura eso? También debo decir que no es raro que solo haya 2 albañiles en una obra, sin un tercer ayudante.
Por supuesto, otro problema lo representa la logística en la construcción cuando los oficios los realizan amigos o conocidos. Tiene que cuadrar: no es raro que el amigo tenga dolor de espalda o simplemente no tenga ganas de trabajar aparte de su empleo, y siempre con la espada del trabajo en negro encima.
Pero bueno: ¡ánimo! Quien no arriesga... pero es un desafío físico. Hay que contar con que habrá que dedicar más tiempo o también tener un plan B.
Saludos, Yvonne