También somos sin hijos y lo seguiremos siendo, y el Wohnriester (¡préstamo! no Wohnriester con contrato de ahorro para vivienda) definitivamente vale la pena. No se trata solo de las subvenciones bastante escasas de casi 300 euros anuales para una pareja, sino sobre todo de las contribuciones para amortización libres de impuestos.
Si se amortiza con las cuotas normales del crédito para la casa, por ejemplo 4200 euros al año, y eso seguro que se puede lograr, creo (no serían ni 400 euros por mes de cuota amortizada), entonces estos 4200 euros están libres de impuestos. Con una tasa impositiva del 20%, eso son casi 800 euros adicionales que se tienen. Más las subvenciones, son entonces 1100 euros más al año en el bolsillo comparado con un préstamo sin Wohnriester.
Claro que en algún momento hay que volver a tributar estas cantidades. Sin embargo, al llegar a la jubilación, cuando se produzca esta tributación posterior, casi no llegaremos al límite exento bajo el cual no se deben pagar impuestos. En la jubilación normalmente se tiene un ingreso mucho menor que durante la vida laboral. Por eso probablemente esta tributación posterior no nos afectará en absoluto. Pero incluso si no desaparece, apenas importa, eso se puede calcular también (hay muchos ejemplos en internet).
El préstamo Wohnriester tampoco tiene que ser más caro que un préstamo normal para construcción, de todos modos cambiaremos a Wohnriester tras vencer la primera vinculación de la tasa de interés, eso será en 2,5 años (vinculación de 5 años). Hasta entonces las subvenciones lamentablemente se pierden, también la exención fiscal, pero ahora mismo no vale la pena hacer otro contrato Riester solo para 2-3 años y además para nosotros es imposible ahorrar al mismo tiempo 4200 euros al año junto con la financiación de la casa. En Wohnriester eso se eliminaría, porque la amortización cuenta automáticamente como aportación de ahorro.
Sin embargo, ya tenemos una casa; si no se planea comprar o construir una casa, en mi opinión Wohnriester no tiene sentido, porque nunca volvería a firmar un contrato de ahorro para vivienda (actualmente todavía aprovechamos la subvención para construcción de vivienda, pero aparte de eso un contrato de ahorro para vivienda solo tiene desventajas: apenas intereses, comisión de contrato cada pocos años, inflexible).