Se pueden ahorrar respuestas como esas. Si estuviera tan seguro sobre la cuestión del diseño, no habría escrito una publicación aquí.
lleva mucho tiempo aquí y entiendo el "Entonces hagan eso" como un estímulo para tomar una decisión al respecto. Muchos se sienten cohibidos a la hora de hacer algo que salga un poco de lo común. Así lo leo y me pareció bastante amable.
Creo que esta frase nos describe muy bien y explica de dónde viene nuestra incertidumbre o la sensación de no decidir.
Nadie puede quitarte realmente la incertidumbre al tomar una decisión excepto tú mismo. Por lo que parece, las ventanas son de madera, y yo también las dejaría del color de la madera. Eso es atemporal y compatible con diferentes estilos.
Tener valor para usar color en la casa no es tan complicado, porque en caso de que después de unos años ya no te guste, simplemente pintas otro color encima. El riesgo no es tan grande. En Westerwald hay muchas casas con estuco colorido y destacan positivamente por ello.
Para ti solo hace diferencia si quieres tocar tus ventanas (porque al tacto sí hay diferencia)
Por ejemplo, yo tengo la dificultad de reconocer patrones recurrentes en todas partes sin intentarlo conscientemente. Me molestan las láminas fotográficas en decoraciones cuando los mismos nudos de la madera aparecen aquí y allá. Me grita literalmente a la cara "mira, soy falso". Por eso para mí los acabados de madera, y también los suelos laminados o de vinilo y las baldosas serigrafiadas que imitan la naturalidad, no son una opción en mis espacios habitables. Como tengo esa particularidad, no niego que otros también tengan sus peculiaridades, aunque para mí puedan parecer extrañas. Además, las decisiones sobre materiales tienen una componente emocional que vale la pena considerar y cuyos criterios externos difícilmente se pueden objetivar en "vale la pena" o "no vale la pena". Lo mismo aplica para el deseo de querer lo mejor técnicamente: aquí también habría argumentos muy buenos para el aluminio.
Lo que es una buena relación calidad-precio al final cada uno lo arma de acuerdo a lo que quiere y necesita.
Consejos:
1. Quien acepte esto alguna vez para sí mismo tiene mucho más fácil tomar decisiones, porque además de sus propios deseos intenta menos ajustarse a evaluaciones generales, sin renunciar a la experiencia de otros ni tener que justificar nada.
2. Es más fácil tomar decisiones cuando no se considera su importancia aisladamente sino en relación con las verdaderas prioridades de la vida. Bajo esta perspectiva, con la elección de color de marcos de ventanas y de la casa no puede salir nada mal. Si tomas una decisión "valiente", puedes estar muy satisfecho con ella. Si te equivocas, no es una desgracia que empeore tu vida — siempre que en la pareja no haya reproches mutuamente. Pero quien vive en ese tipo de relación tiene desde mi punto de vista desafíos claramente distintos a la elección de colores.