Si se elige la pintura para fachadas basándose en una carta de colores y aún peor en la pantalla del PC, y luego se recibe el color que se tenía en mente, no ha sido otra cosa que una enorme suerte.
En mi opinión no existe una variante 100% segura, ya se han mencionado las razones.
La que considero la mejor opción es que el estucador pinte muestras de colores una al lado de la otra en la casa ya enlucida y terminada. Preferiblemente no solo en una fachada. Y luego se toma uno unos días para observarlas en diferentes condiciones de luz, clima y horario. Se decide, pero siendo consciente de que el sol en invierno tiene una luz y un color de luz diferentes que en verano.
Como alternativa, muestras sobre placas de yeso enlucidas. Tiene la ventaja de ser móvil, se pueden colocar en todas las fachadas y en sol/sombra. Así lo hicimos nosotros.
Sin embargo, no utilizamos blanco sino un tono tierra beige como color. Ahí se puede “fallar completamente” más rápido, por ejemplo si luego el color tiene un matiz rosado cuando brilla el sol (ya lo hemos visto).
Por otro lado, no hay que exagerar. Si no se tiene una comparación directa, estoy convencido de que la mayoría de las personas ni siquiera detectan las diferentes tonalidades de blanco en casas terminadas.