Ven a mi edad,
¡Oh! Para mí aparentas ser joven en el lenguaje. Soy un hombre obeso según el IMC de finales de los 60 con movilidad articular decreciente, pero para mi fortuna y la sorpresa del médico y ortopedista, sin signos de desgaste de salud. La diferencia de altura de 11 m en un recorrido de 110 m hasta el buzón la tomo como un movimiento bienvenido, no como un obstáculo. Si llegara a convertirse en un inconveniente, quizá se emprenda el proyecto considerado para la construcción de la casa: el "ascensor de pendiente". Tengo una alerta en anuncios clasificados y espero encontrar algo usado con una bonita pátina e historia en la viticultura. :)
Subir todos los días con un niño por la cara norte del Eiger
Bueno, el camino de la foto no es ni empinado ni largo. Tu comparación con un apartamento tipo loft encaja bastante bien. Yo diría que el esfuerzo es más parecido a subir al primer piso que al tercer piso.
Y se puede resolver técnicamente si empieza a ser difícil. Lo más simple es un pequeño vehículo eléctrico. La pendiente desde el garaje hasta la casa es bastante plana, eso funciona.
En Ascona se suele construir un tren cremallera desde "incómodo" hasta "muy empinado", y si es aún más pronunciado, un ascensor. También aquí hay casas que están más definidas por lujo y ubicación que por funcionalidad. Sin embargo, cuestan tanto que no necesito preocuparme por eso.
Recuerdo mi sugerencia para después de las vacaciones:
Un avatar para la casa de los sueños no tiene que tener una forma concreta. Algunas personas tienen un avatar para su pareja ideal y se ciegan a todo lo que encaje.
A menudo miramos propiedades interesantes en Francia. Algunas tienen precios de compra posibles y atractivos y muchas incógnitas sobre energía, renovación/reparación, practicidad... Y sin embargo puede ser que un día encontremos una propiedad totalmente irracional que gane nuestro afecto de inmediato. La idea de comprar un castillito y convertirlo en una casa habitable y centro cultural para la localidad es ya un avatar suficiente.
Tanto yo como mi esposa tenemos muchas "manías" poco prácticas, algunas fueron "errores ocultos" cuando nos juntamos, otras se desarrollaron con el tiempo. Y aun así hemos vivido ya 36 años juntos en buena armonía con los altibajos habituales, puntos de fricción especiales, pero también en maravillosa intimidad y muchos momentos felices comunes.
Estoy convencido de que eso también es posible con una casa, incluso de forma menos vinculante, porque con una casa en el peor caso solo puedes perder "dinero" y siempre quedará suficiente para seguir adelante.