La adjudicación individual sin arquitecto requiere un alto conocimiento especializado para no comparar peras con manzanas. En una licitación tenemos que definir exactamente qué se debe ofrecer para obtener cifras comparables. Verter una losa de cimentación de 13 por 10 no es suficiente. ¿Qué tipo de hormigón? ¿Qué profundidad debe tener la zapata contra heladas? ¿Debe ir aislamiento perimetral debajo o mejor después, bajo el solado? ¿Cuánto acero debe usarse? ¿En kilos? Etc. Quien sabe hacer esto es un profesional. Quien no sabe, será engañado. La dirección de obra podría hacerla uno mismo, si, claro, si se dispone de mucho tiempo. Hay que coordinar los plazos a largo plazo. ¿Cuándo llega la estructura del tejado? Después, el tejador. ¿Las ventanas ya ahora? ¿O mejor después? ¿Debería el pintor empezar ya a pintar la parte inferior del tejado, antes de que los canalones compliquen las cosas? Y así sucesivamente. Tampoco es tarea para profanos. ¿Se toman en serio al director de obra aficionado? El propietario tiene que pagar y proporcionar bebidas, esa es la actitud de los oficios. Pero darles indicaciones técnicas... constelación difícil. Mi conclusión: quien prescinde del contratista general, necesita al menos un ingeniero, o mejor un arquitecto. Karsten