Como personas no locales, también “tuvimos que“ pedirles la firma a dos vecinos para nuestro proyecto de construcción en ese entonces. Ambos firmaron sin dudar. En ese momento quedé muy impresionada por la serenidad y amabilidad de la gente. Así sigue siendo hasta hoy..
¡Igual! No hay nada como tener vecinos amables... y nosotros tenemos seis :)
Con nosotros solo fue una vecina, pero ella nos dio inmediatamente una llave para que pudiéramos usar su baño en vez del baño portátil de la obra. Y más tarde pudimos usar su sótano como almacenamiento temporal para las cajas de la mudanza.
El vecino de al oeste no tuvo que firmar nada, pero en compensación nos proporcionó el agua para la construcción. Al norte, mientras tanto (sin que nosotros hiciéramos nada) desmontaron una cerca para colocar la grúa. Al terminar las obras, esta cerca se desplazó 1,5 m para que "tengan más espacio para su acceso". El vecino del sur siempre nos atendió amablemente con café, pastel o cerveza. Y por el suroeste se realizaron las entradas para los trabajos de tierra para que no interfieran con el acceso a la obra por el norte. Aquí nadie toma muy en serio los mojones ("ustedes lo harán bien"), y ni hablar de las cercas. Pero también fue el último terreno libre en una zona ya construida, por lo que no es comparable.