emer
12.06.2013 08:39:04
- #1
Gracias por las respuestas, aunque sean muy críticas.
También estaría de acuerdo con vosotros si solo considerara los hechos aislados de la financiación.
Como he escrito, también hay otras circunstancias que vosotros no habéis tenido en cuenta aquí, en cambio se argumenta con palabras como absurdo y fracasado.
El hecho también es que a la financiación mencionada se suman ciertas cosas.
1. Un piso de propiedad de 4 años que estará pagado en 10 años, valor actual 220.000 euros
2. Seguros de vida y de pensiones con garantizados 100.000 euros, en los próximos años, como máximo al jubilarse
3. Herencias, que hasta ahora no he mencionado conscientemente, porque no quiero contarlas como cálculo.
Podríamos amortizar más mensualmente, pero no queremos, porque si al final del año sobra algo, queremos meterlo en la amortización extraordinaria.
Como dije, gracias por las respuestas y la crítica. Pero al criticar, por favor, considerad TODOS los hechos antes de llamar algo absurdo y fracasado.
Tus “hechos” listados están bien y son buenos. Pero ¿de qué sirve si el dinero para una amortización razonable no puede fluir mensualmente en la devolución de tu préstamo?
1. Ya tienes un piso, pero no te pertenece a ti, sino al banco. Si no coges el nuevo préstamo en el mismo banco donde estás pagando el piso, el banco que te dé los 300.000 € no tendrá acceso a ese bien y la garantía se pierde. ¿Cuánto del valor actual del piso de los 220.000 € o del préstamo está amortizado y cuánto queda por amortizar?
2. Cuánto dinero han “garantizado” algunas pólizas de vida y/o pensiones en los últimos años y cuánto dinero no recibieron algunos inversores no es una invención de la prensa. Además: si por alguna razón tienes que cancelarlas antes, solo puedes soñar con esa suma. Supongo que se contrataron para tener liquidez en la vejez.
3. Incluir eso en un cálculo es ya negligente.
Bien, ahora compras / construyes una casa, casi no amortizas y te apoyas en los “hechos” mencionados arriba?
No quiero disuadirte de tu proyecto y no obligo a nadie a hacer o dejar de hacer algo, ni podría. Pero puedo deducir algunas cosas de mi experiencia, ya que he pasado por todos los altibajos de la euforia por construir casa.
Llevamos planificando desde hace un poco más de 3 años. Hay fases de “hacer cuentas bonitas”, de “la paga extra se meterá en la amortización extraordinaria”, de “algún día heredaremos”, de “de alguna manera nos apañaremos”, de “otros lo hacen también y tienen mucho menos dinero” y esta lista puede continuar infinitamente.
Pero resultó ser bueno haber pasado por estas fases y, lo que es mucho más importante, volver a la realidad y reconocer que si se construye una casa, no la quiero “mantener de alguna manera”, sino con una buena sensación. Y esa buena sensación (al menos en mi caso) solo existe si:
1. Hay capital propio moderado que se puede usar para la casa a construir. No lo que duerme en otras propiedades (además no pagadas) o seguros.
2. Los ingresos son adecuados incluyendo contratos indefinidos
3. La amortización se establece para que efectivamente se amortice y no se quede (casi) estancada
Si los ingresos disponibles no son suficientes para eso, quizá sea mejor posponer el sueño.
Hay muchas opciones. Paga primero completamente tu piso o mete los 1.000 € que querías poner en el préstamo para la casa en el piso. Entonces será pagado mucho antes. O ahorra los 1.000 €/mes otros 5 años. Entonces no necesitarás un préstamo tan alto y las cuotas serán más bajas.
O simplemente hazlo, de alguna manera funcionará y al final nos muestras el dedo medio a todos porque lo lograste. Eso funciona, pero intento elegir el camino de menor resistencia y jugar la variante menos arriesgada del juego de la vida. :)
Al principio calculamos los costos de construcción de la casa con un ingreso mensual con el que hoy nos preguntamos cómo lo logramos o si la casa habría tenido que pagarse durante décadas.
Por ejemplo, esperamos hasta que llegaron nuevos empleos / promociones para mejorar los ingresos y así poder construir un colchón financiero decente (para coche, reformas, vacaciones, etc.).