pagoni2020
09.07.2020 10:10:09
- #1
Como profano, uno realmente no se imagina cómo se entrelazan los diferentes oficios. Tampoco funciona de forma serial, sino que el oficio A hace una parte, luego tiene que intervenir el B, luego A puede continuar, y sólo después el C... eso hay que saberlo, si no, ocurre el caos ya mencionado varias veces. También es importante la coordinación de los "puntos de transferencia" de A a B a A a C.
Una vez entré por la puerta justo cuando el jefe de obra y un trabajador estaban negociando entre ellos:
"Entonces el problema lo tendrá el oficio X si hacemos esto así"
"¡Que no lo oiga la dueña!"
"Está justo detrás de ti..."
Silencio incómodo...
X debía intervenir mucho más tarde, en ese momento ni siquiera estaba claro qué empresa sería... y ya hay otro ejemplo de lo que puede salir mal. Aquí una ejecución no óptima y el problema aparece en algún momento en un oficio posterior.
También es todo un arte pensar en absolutamente todo; algunas cosas son muy obvias (se necesitan ventanas, calefacción, electricidad y un baño), otras están más ocultas al final, pero igual tienen que hacerse.
Mi opinión: asumir la coordinación uno mismo sólo es para gente con conocimientos, nervios fuertes, mucho tiempo y dinero de sobra. Los demás deberían contratar a un jefe de obra (por ejemplo, una oficina de ingeniería).
Y posdata: mi reforma interior me costó unos 1000€/m² con un estándar normal, sólo como referencia y para la pregunta inicial de si 190.000€ estaba bien. (2019)
Uno debería simplemente abandonar la idea de que se puede mejorar realmente la calidad mediante control constante o presencia como profano. No se puede estar siempre al lado y, sobre todo, la mayoría (yo también) debería tener claro que nuestro conocimiento es bastante limitado.
En mi antigua casa hice todo yo mismo y al final muchas veces sólo fui el que recogía el desorden de los trabajadores. Además, cada oficio gusta de echar la responsabilidad al otro y así uno siempre está en medio teniendo que decidir algo cuyas consecuencias no siempre se pueden prever.