ypg
14.07.2016 11:30:26
- #1
Y si uno decide casarse más tarde, se cuenta desde ese momento en caso de que algo salga mal, por lo que la casa también estaría segura.
Con mi novia también será así, que yo pagaré solo.
No se trata de quién paga, sino de a quién le pertenecerá algo, es decir, quién está en el registro de la propiedad.
Bueno, después de haberlo pensado una noche, por supuesto tenéis vuestras ideas respecto a las inscripciones en el registro de la propiedad. Aquí no siempre debemos partir de la injusticia cuando se planea como vosotros, tú construyendo una casa, y mientras la novia esté, puede vivir y no tiene que pagar, pero se queda sin nada si la relación no continúa. Al fin y al cabo ella también tiene un buen salario y puede llenar su propia libreta de ahorros mientras tú pagas la cuota de la casa.
Pero los gastos del nivel de vida deberían dividirse a la mitad y no ser soportados por la persona que no tiene que pagar ninguna cuota, porque entonces no habría un equilibrio entre consumo y obligación así como acumulación de patrimonio.
Pero me gustaría repetir mi pregunta que aún no has respondido:
Me surge la pregunta: ¿Construcción del nido? ¿Solo? ¿Para qué necesitas una casa?
La propiedad o un inmueble te hace inmóvil, lo que dificulta una reorientación o búsqueda de un empleo más lucrativo. La industria informática no es precisamente la más asentada...
Además, el tiempo libre que ahorras con una casa, sobre todo los fines de semana, debe dedicarse a su mantenimiento y cuidado. No basta con relajarse en el jardín, porque este no se mantiene solo.
¿Quién limpia la casa, las muchas ventanas, el sótano?
Con un ingreso neto de 4000 es raro que alguien esté dispuesto a gastar 200-400 euros en mantenimiento y cuidado.
¿Tú/Tenéis ganas de sacrificar vuestra libertad e independencia?
¿Y si existe una nueva novia? Tal vez quede impresionada por un hombre que ya posee una propiedad, pero ¿querrá vivir en una casa que ella no ha ayudado a equipar?
ya que mi padre me ha dejado algo de "patrimonio" en vista del impuesto de donaciones y herencias. Aportaría un capital propio de 350.000€.
Ten en cuenta que si tu padre se convierte en un caso social (por pobreza en la vejez o enfermedad) dentro de los 10 años siguientes a la donación y el estado tiene que hacerse cargo del cuidado, este normalmente revoca la donación para recuperar los fondos.