Ciertamente, hay que compensar también el trabajo propio, sin embargo, debido a los ingresos y a las regulaciones contractuales con el empleador, existen enormes diferencias en las posibilidades.
Por ejemplo, en mi empresa no tengo la posibilidad de hacer horas extras que pueda recuperar con tiempo libre o que me paguen.
Por lo tanto, no puedo generar dinero con eso que pueda utilizar para contratar a un artesano.
Así que solo puedo usar mis días de vacaciones regulares, los fines de semana y el tiempo después del trabajo para hacer yo mismo las tareas en la casa. Ese tiempo de todas formas no me genera dinero, sino solo trabajo que puedo aportar.
Por supuesto, es diferente si mi empleador ofrece la posibilidad de que me paguen las horas extras. Si mi salario cubre la hora de trabajo del artesano con 2 horas extras (suponiendo que se necesita aproximadamente el doble de tiempo), no tiene sentido hacer el trabajo uno mismo. Si incluso se gana más en esas 2 horas que lo que se paga al artesano, definitivamente no se debería hacer.
Es complicado, por supuesto, cuando en una obra nueva hay oficios para los que se necesitan otros especialistas que uno no realiza por sí mismo. Aquí hay que asegurarse de que también encaje en el plan de tiempo.
Además, no se debe confiar en otras personas (amigos). A uno lo dejan plantado más rápido de lo que uno piensa. Y aún con la familia hay que planificar con cuidado.
Como planeo comprar una propiedad existente y hacer las renovaciones y rehabilitaciones principalmente con mi padre, que es un artesano calificado con años de experiencia, sabe lo que hace y ya ha pasado por todo eso (a veces varias veces) en su propia casa. También sé que puedo confiar al 100 % en él. Para trabajos auxiliares como quitar alfombras y revestimientos de paredes, puede recurrirse a amigos, ya que casi siempre se encuentra 1 o 2 personas que ayudan durante uno o dos días y normalmente eso se hace rápido.
Pero en una obra nueva eso no ocurre.
PS: Pues creo o espero que nadie quiera aportar trabajo propio y para ello tomar vacaciones no pagadas o incluso renunciar al trabajo.