Introduce el crédito necesario en un calculador de préstamos y mira la cuota. La diferencia entre vuestro alquiler base (¡no el total con calefacción! Los costos adicionales seguiréis teniéndolos) y la cuota debería ser lo mínimo que ahorréis cada mes (mejor aún si es más, para imprevistos y otros gastos). Lo ideal es mantener esto durante un tiempo y así, por un lado, habréis ahorrado bastante capital propio y, por otro, tendréis una sensación mucho mejor de si la cuota puede funcionar en el día a día.