El problema de almacenamiento debería haber sido conocido desde antes.
Sinceramente, tengo que morderme la lengua muy a menudo cuando la gente se compra cosas por voluntad propia que simplemente no encajan en su situación. Claro, yo crecí en una casa de los años 50, allí teníamos un receptáculo para patatas en la despensa del sótano y las patatas duraban meses. Pero en ese lugar no se podía almacenar nada más, especialmente nada que pudiera oxidarse.
Y otra vez tengo que decir: la energía sigue siendo demasiado barata. Si seguimos haciendo esas acciones absurdas (o si podemos permitirnos hacerlo) como la esclavizante unión del calor y el aire, tengo que decir: para algunas personas la kWh debería costar al menos 30 euros (¡y en cualquier forma de energía!) para que la gente se pregunte qué tan sensato es lo que están haciendo ahora.