Sin querer ser terco, pero el arquitecto ya estaba molesto porque cuestionamos todo. Por supuesto, siempre se sabe más después, pero para nosotros también es simplemente la primera vez.
Ahora ya sabes cómo funciona esto en la construcción. Quien no presta atención, paga rápidamente el doble de lo planeado. Así que solo puedo aconsejarte que recuperes la responsabilidad, le regales al arquitecto una sonrisa cansada y cierres de momento el grifo del dinero. El proyecto estará en pausa hasta que haya un plan donde todos los costos encajen de manera lógica y comprensible dentro del presupuesto y también haya ofertas correspondientes. De lo contrario, adiós señores.
El plan de presupuesto deberías hacerlo completamente tú mismo. Eso es parte del asunto cuando uno no es Bill Gates. Así también se discute con los involucrados en otro nivel cuando sabes de qué hablas.
La mayoría aquí tiene una larga lista de Excel en la computadora, donde se detallan hasta los más pequeños conceptos. Nosotros teníamos 3 columnas: planificación (material, costo por hora, posibles ofertas, etc.), ofertas (de preferencia siempre 3) y suma de la factura. El objetivo era, por supuesto, que las columnas estén cerca una de otra y que la suma al final cumpla con el presupuesto. Te pasas una semana modificándola y luego la corriges diligentemente durante toda la construcción. Así se mantiene la visión general y también una cierta seguridad. Nunca confiaría en empresas externas, especialmente si su salario sube cuando la suma aumenta.