Lo que funciona no se desecha.
No importa si se construye o no.
El viejo televisor de tubo también se mudó. Pesado e indestructible. Tampoco cede cuando mis gatos, ambos pesos pesados, saltan sobre él.
También resiste pelotas suaves voladoras.
El dinero se va. Justo alrededor de la mudanza. Por una lámpara aquí, un estante allá, una cortina aquí.