11ant
25.05.2025 14:54:40
- #1
Soy "solo" asesor de construcción, no un estructurista. Y el que abrió el tema ya está convencido por la razón. Pero para él y los que leen, con gusto lo explico más detalladamente:
No, no cualquier peligro, sino que la estructura del techo se derrumbaría.
Debería cambiar de profesión, en su oficio debería saberlo (y hasta poder explicarlo mejor que yo).
Tirantes para el cinturón, pero en una configuración donde ambos son necesarios.
Tres veces correcto: 1. se pensó algo, 2. es estructuralmente necesario, y 3. sustituible. Y en mi opinión, por puntales al menos bajo las correas centrales, que a su vez tendrían que conectarse con (más largas) abrazaderas y conducir las cargas al techo inferior.
O traducido al idioma de vuestro carpintero: ya entonces se trabajaba con bastante madera, pero no más de la necesaria (y por tanto inútilmente mucha).
Si existiera una conexión rígida entre ellas y la cumbrera, eso sería un cortocircuito estructural.
La función de las abrazaderas aquí es impedir que las vigas se doblen hacia las cornisas, formando con ellas un triángulo estable. Como están desplazadas respecto al eje de las vigas, deben hacerlo con la mitad de la fuerza desde cada lado. Son, por así decirlo, una base desplazada hacia arriba del triángulo (probablemente por el uso de un techo de hormigón). Alternativamente, el triángulo podría haberse construido usando como base las vigas del piso inferior a la vez como tirantes inferiores. Cómo actúan las fuerzas en una estructura de techo también depende de sus relaciones geométrico-físicas. Aquí tenemos un tejado a dos aguas con pendiente límite para este tipo de estructura (unos 30° o algo menos), y un espacio de ático pensado más como trastero o espacio seco, donde no había tabiques intermedios para integrar puntales de las correas. Ahora también podéis explicárselo a vuestro aprendiz de carpintero.
Como ayuda para la construcción habría bastado con vigas en posición comparable (pero no necesitadas de ser a pares). Os recomiendo aislar térmicamente las pendientes del techo a lo largo de toda la viga, es decir, también más allá de las abrazaderas y detrás de los faldones que haya que recortar, porque así es térmicamente más limpio. El lío de revestir alrededor de las abrazaderas probablemente sería similar al de meter un techo debajo de ellas (pan o hamburguesa, ambas lentas e ineficientes para grandes superficies). Pero térmicamente evitaréis un falso aire frío entre abrazaderas y cumbrera. Instalar un techo con aislamiento a cambio de ahorrar algo de longitud de rollos de aislamiento significaría aún más trabajo manual y días de líos.
¿Existe algún peligro si se prescinde de estas doble abrazaderas?
No, no cualquier peligro, sino que la estructura del techo se derrumbaría.
Nuestro carpintero nos dice que antes "se trabajaba con mucha madera"...
Debería cambiar de profesión, en su oficio debería saberlo (y hasta poder explicarlo mejor que yo).
si los tirantes son para el cinturón. Cosa que casi temo.
Tirantes para el cinturón, pero en una configuración donde ambos son necesarios.
Algo se pensó en su momento para hacer todo ese esfuerzo. Un estructurista puede calcularlo.
Estas piezas también se llaman "firstlaschen" y son un elemento estructural necesario. El buscador de confianza dice: Sirven para el arriostramiento de las vigas, para absorber esfuerzos de tracción y compresión de las mismas.
Quizás haya alternativas. Eso te lo puede decir un estructurista o un carpintero. No las quitaría sin más.
Tres veces correcto: 1. se pensó algo, 2. es estructuralmente necesario, y 3. sustituible. Y en mi opinión, por puntales al menos bajo las correas centrales, que a su vez tendrían que conectarse con (más largas) abrazaderas y conducir las cargas al techo inferior.
O traducido al idioma de vuestro carpintero: ya entonces se trabajaba con bastante madera, pero no más de la necesaria (y por tanto inútilmente mucha).
La cumbrera no está apoyada sobre las abrazaderas. Las abrazaderas solo unen las vigas de a pares.
Si existiera una conexión rígida entre ellas y la cumbrera, eso sería un cortocircuito estructural.
La función de las abrazaderas aquí es impedir que las vigas se doblen hacia las cornisas, formando con ellas un triángulo estable. Como están desplazadas respecto al eje de las vigas, deben hacerlo con la mitad de la fuerza desde cada lado. Son, por así decirlo, una base desplazada hacia arriba del triángulo (probablemente por el uso de un techo de hormigón). Alternativamente, el triángulo podría haberse construido usando como base las vigas del piso inferior a la vez como tirantes inferiores. Cómo actúan las fuerzas en una estructura de techo también depende de sus relaciones geométrico-físicas. Aquí tenemos un tejado a dos aguas con pendiente límite para este tipo de estructura (unos 30° o algo menos), y un espacio de ático pensado más como trastero o espacio seco, donde no había tabiques intermedios para integrar puntales de las correas. Ahora también podéis explicárselo a vuestro aprendiz de carpintero.
¿O sirven solo como ayuda para construir el techo? Hoy nos preguntamos si no prescindir de las abrazaderas y dejar que las pendientes del techo lleguen hasta la cumbrera.
Como ayuda para la construcción habría bastado con vigas en posición comparable (pero no necesitadas de ser a pares). Os recomiendo aislar térmicamente las pendientes del techo a lo largo de toda la viga, es decir, también más allá de las abrazaderas y detrás de los faldones que haya que recortar, porque así es térmicamente más limpio. El lío de revestir alrededor de las abrazaderas probablemente sería similar al de meter un techo debajo de ellas (pan o hamburguesa, ambas lentas e ineficientes para grandes superficies). Pero térmicamente evitaréis un falso aire frío entre abrazaderas y cumbrera. Instalar un techo con aislamiento a cambio de ahorrar algo de longitud de rollos de aislamiento significaría aún más trabajo manual y días de líos.