También tengo un vestidor: Una silla. Por la noche pongo mi ropa ahí. Por la mañana la rebusco nuevamente, la olfateo para ver si todavía puedo usarla un día más o no, me la pongo o la pongo a lavar. Luego abro la puerta del armario al lado de la silla y rebusco algo fresco. Cambiar ropa ajustada en el cuerpo hago automáticamente todos los días sin olfatear. Así me lo indicaron. Este tipo de vestidor es bastante económico, pero funcional en la práctica. Por eso tenemos dos, para la señora también uno. Sin embargo, no es compatible con ventanas que van del suelo al techo, por eso aquí tampoco hay. También por las azaleas. K.