rs6
01.09.2011 21:50:46
- #1
Hola Ralph,
Creo que estás confundiendo un poco las cosas. Como vendedor de autos – independientemente de la marca – puedes ofrecer a veces descuentos considerables. Por un lado, porque los precios de fábrica ya están calculados para que un descuento sea posible, porque, según el tamaño del concesionario, se han acordado otros precios de capital propio, porque el fabricante subsidia el auto o alguna promoción, porque los autos de gerencia ya son más baratos por la reducción de impuestos del concesionario, porque cada concesionario teme a las reimportaciones, pero no puede negarse a dar mantenimiento, y … y … y; lo sé, porque yo he trabajado muchos años en este negocio y tengo un cliente que aún hoy trabaja como vendedor en una marca premium. Y, por cierto, los exclusivos en esta industria son muy reservados con los descuentos. Con la competencia asiática la cosa es muy distinta; al fin y al cabo, quieren un gran pedazo del pastel en Europa y por eso subvencionan sus productos hasta el límite del dolor. Esto último obliga a los concesionarios locales a dar más descuentos – una espiral desafortunada que en mi opinión no puede seguir funcionando mucho tiempo así.
Traducido significa que donde recibes un descuento, este ya estaba calculado antes o que con otros proveedores el descuento es pequeño y casi siempre en forma de un “extra”.
Saludos cordiales
Bueno, el tema no es tan sencillo. Los autos de gerencia son usados, así que los dejo fuera ahora. Los autos nuevos tampoco están tan "calculados" como para que tengan que dar descuentos. Un concesionario tiene un margen comercial con el que debe arreglárselas (como un constructor). El beneficio general de los concesionarios es de 1-1.5%. Porque los fabricantes imponen todo, desde el espacio de exposición, baldosas, iluminación, etc.
Pero bueno, no importa, eso no corresponde aquí en detalle. El hecho es que nadie paga el “precio de lista”. Ya sea por televisión (en el BlödiMarkt), autos, muebles, etc., nadie paga el precio de lista. Claro que la mentalidad del “tacaño es chévere” ha causado mucho daño, pero también ha demostrado que no siempre tenemos que pagar el precio completo porque en Europa Occidental no es habitual regatear.
Lo vemos en el mercado de la electricidad, donde ha cambiado mucho porque los clientes se han vuelto más conscientes de los precios.
Pero conseguir un buen precio no tiene nada que ver con comprar barato. Porque comprar barato a largo plazo sale muy caro. Material malo, chapuza, son solo algunos ejemplos.
Entonces, conseguir un descuento que permita a ambas partes vivir contentas, ese es el objetivo. ¡No barato! Precio justo. Así les explico mis precios a mis clientes, porque tampoco soy el vendedor más barato. Tampoco vendo autos por el precio, porque entonces no gano el dinero que necesito para construir la casa.
Ralph