Esto no es una calefacción normal. Funciona bien mientras se consiga madera fácil y barata. Además, hay que ocuparse de la chimenea, es decir, añadir madera continuamente. Esto ya no tiene nada que ver con el ambiente romántico de una estufa de leña que se coloca por puro lujo, sino que implica trabajo.
El otro problema de este tipo de calefacción es que prácticamente solo se podrá regular mediante la cantidad de madera que se le añada.
No es una calefacción confortable. Pero para eso se puede encender la calefacción eléctrica por suelo radiante, aunque probablemente su mantenimiento, si se usa constantemente, será bastante caro.