Primero: nuestro pago inicial un año antes fue en realidad una broma (100 euros), para eso la persona ya nos dedicó realmente tiempo, después por supuesto toma de medidas in situ, dos veces, una después de enlucir para los muebles, y después de colocar los muebles otra vez para la encimera con un dispositivo digital, para que la encimera se corte perfectamente (por si, por ejemplo, la pared estuviera ligeramente curva o algo así). Todavía estoy fascinado de cómo seis personas cargaron cada una de las placas, y maniobraron una entre la pared, el respaldo y el frigorífico, al final apenas había medio milímetro de espacio en todas partes. Sudaron, uno pensaba todo el tiempo que no iba a encajar, pero encajó.