vegas
02.03.2013 15:58:12
- #1
¡Hola querido foro!
En cuanto a defectos de construcción, todos estamos en el mismo barco. Por eso tenemos muchísimo estrés, estamos insatisfechos, porque con la mudanza queríamos disfrutar de una vida tranquila. Ahora tenemos que luchar por la reparación de los defectos, sintiéndonos prácticamente en una posición perdida contra un promotor inmobiliario al que, después de recibir el último pago, parece no importarle nada... Así no lo habíamos imaginado, ¿verdad?
Si se trata de un defecto de construcción “apto para un reportaje de televisión” o de muchos defectos pequeños, en realidad casi da igual. Lo cierto es que no habrá una reparación de defectos que nos deje a nosotros, los compradores, 100 % satisfechos. Nunca recibiremos una compensación por el estrés emocional, el dinero para peritos y abogados o por la pérdida en la calidad de vida, probablemente ni siquiera una disculpa del promotor.
La reparación de defectos o bien no se realiza, porque el promotor se hace el desentendido y confía en que el comprador (con problemas financieros) no tenga ni fuerzas ni dinero para emprender acciones legales. O se hace una reparación que resulta un “remiendo” en la casa: el objetivo del promotor es hacer solo lo justo y lo más barato posible.
¿No nos ha pasado a todos esto? Primero, la euforia de planear y mudarnos a nuestro propio hogar. (Por cierto) se contrata un crédito de cientos de miles de euros que endeuda al comprador durante décadas – pero eso no quita el buen ánimo. Todo tiene que suceder lo más rápido posible, mientras quizás los niños gritan, trabajos propios: no hay problema. Confianza máxima en un promotor mayormente desconocido. Todo al límite – estrés positivo...
Después de la mudanza y el último pago al promotor: Los primeros defectos, más defectos o incluso peores de lo esperado. Pero el promotor bloquea, se defiende, retrasa, ya no se hace responsable, carga la culpa al comprador...
¿Qué hacer? Luchar, pero ¿con qué fuerzas y con qué medios?
¿Tragarlo todo? Eso tampoco es realmente posible, porque se trata de nuestro sueño propio y del dinero por el que esperamos un rendimiento perfecto, ¿no es así?
No nos gusta hablar del tema de los defectos en nuestra propia casa, porque todo esto es de algún modo embarazoso y repercute indirectamente en nosotros (“Tendríamos que haber reconocido los defectos antes” – o algo parecido). Tampoco se encuentran grupos de interés contundentes en internet, ¿verdad? Una lobby de compradores afectados, en mi opinión, sería lo correcto para actuar de forma específica, por ejemplo, contra una empresa.
Pero está en contra la “gran lobby de las empresas constructoras” (por ejemplo, asociaciones de constructores de casas prefabricadas), que no estaría nada contenta con una lobby de compradores... En este negocio simplemente hay demasiado volumen de ventas, competencia intensa y: una imagen limpia. Y por una buena imagen, especialmente en internet, se hace mucho... muchísimo.
El destino (de por vida) de muchas familias que lidian con defectos de construcción y tienen que vivir en una casa de (pesadilla) – salvo en casos de graves chapuzas en la construcción – tampoco es recogido por la prensa. El tema “defectos de construcción y destinos” es curiosamente tabú, aunque afecta a muchísima gente y genera sombras largas y oscuras.
Bueno, en poco tiempo la caída: Hemos pasado de ser “la afortunada clientela” (para bancos, promotores, gremios) a ser un pobre desgraciado que intenta desesperadamente volver a armonizar con la casa y la vida, intentando arreglárselas y tragar.
Un abogado nos dijo esto: Al comprar un coche de 5000€ se piensa mucho más que al construir una casa, que cuesta muchas veces más y dura los próximos 25 años.
¡Ánimo y cabeza alta!
vegas
En cuanto a defectos de construcción, todos estamos en el mismo barco. Por eso tenemos muchísimo estrés, estamos insatisfechos, porque con la mudanza queríamos disfrutar de una vida tranquila. Ahora tenemos que luchar por la reparación de los defectos, sintiéndonos prácticamente en una posición perdida contra un promotor inmobiliario al que, después de recibir el último pago, parece no importarle nada... Así no lo habíamos imaginado, ¿verdad?
Si se trata de un defecto de construcción “apto para un reportaje de televisión” o de muchos defectos pequeños, en realidad casi da igual. Lo cierto es que no habrá una reparación de defectos que nos deje a nosotros, los compradores, 100 % satisfechos. Nunca recibiremos una compensación por el estrés emocional, el dinero para peritos y abogados o por la pérdida en la calidad de vida, probablemente ni siquiera una disculpa del promotor.
La reparación de defectos o bien no se realiza, porque el promotor se hace el desentendido y confía en que el comprador (con problemas financieros) no tenga ni fuerzas ni dinero para emprender acciones legales. O se hace una reparación que resulta un “remiendo” en la casa: el objetivo del promotor es hacer solo lo justo y lo más barato posible.
¿No nos ha pasado a todos esto? Primero, la euforia de planear y mudarnos a nuestro propio hogar. (Por cierto) se contrata un crédito de cientos de miles de euros que endeuda al comprador durante décadas – pero eso no quita el buen ánimo. Todo tiene que suceder lo más rápido posible, mientras quizás los niños gritan, trabajos propios: no hay problema. Confianza máxima en un promotor mayormente desconocido. Todo al límite – estrés positivo...
Después de la mudanza y el último pago al promotor: Los primeros defectos, más defectos o incluso peores de lo esperado. Pero el promotor bloquea, se defiende, retrasa, ya no se hace responsable, carga la culpa al comprador...
¿Qué hacer? Luchar, pero ¿con qué fuerzas y con qué medios?
¿Tragarlo todo? Eso tampoco es realmente posible, porque se trata de nuestro sueño propio y del dinero por el que esperamos un rendimiento perfecto, ¿no es así?
No nos gusta hablar del tema de los defectos en nuestra propia casa, porque todo esto es de algún modo embarazoso y repercute indirectamente en nosotros (“Tendríamos que haber reconocido los defectos antes” – o algo parecido). Tampoco se encuentran grupos de interés contundentes en internet, ¿verdad? Una lobby de compradores afectados, en mi opinión, sería lo correcto para actuar de forma específica, por ejemplo, contra una empresa.
Pero está en contra la “gran lobby de las empresas constructoras” (por ejemplo, asociaciones de constructores de casas prefabricadas), que no estaría nada contenta con una lobby de compradores... En este negocio simplemente hay demasiado volumen de ventas, competencia intensa y: una imagen limpia. Y por una buena imagen, especialmente en internet, se hace mucho... muchísimo.
El destino (de por vida) de muchas familias que lidian con defectos de construcción y tienen que vivir en una casa de (pesadilla) – salvo en casos de graves chapuzas en la construcción – tampoco es recogido por la prensa. El tema “defectos de construcción y destinos” es curiosamente tabú, aunque afecta a muchísima gente y genera sombras largas y oscuras.
Bueno, en poco tiempo la caída: Hemos pasado de ser “la afortunada clientela” (para bancos, promotores, gremios) a ser un pobre desgraciado que intenta desesperadamente volver a armonizar con la casa y la vida, intentando arreglárselas y tragar.
Un abogado nos dijo esto: Al comprar un coche de 5000€ se piensa mucho más que al construir una casa, que cuesta muchas veces más y dura los próximos 25 años.
¡Ánimo y cabeza alta!
vegas