Si ahora ya tienes miedo de que esta factura te cause un problema, entonces objeta la factura y insiste en que solo se refleje lo que realmente se hizo. Si no se preparó ninguna superficie, él no puede facturarla.
De lo contrario, doy la razón al pintor. En cocinas y edificios antiguos suele ser difícil. Con nosotros también fue así. Quién sabe cuán antiguo es el enlucido y cuántas capas de diferentes colores tiene.
Quizás debería haberse renovado todo el enlucido. Habría sido una buena oportunidad si después de 50 años la cocina se hubiera removido.
Es una buena idea objetar los servicios que aparecen en la factura pero que no se prestaron, menos el precio, aunque este solo está bien si luego no se tienen que hacer correcciones, lo cual dudo.
El enlucido está en muy buen estado, no hacía falta quitarlo, solo la pintura vieja debería haberse eliminado, para eso basta con un pulidor de abrasivo (giraffe) y una o dos horas de trabajo interno, así estaría sin preocupaciones.
Para eso precisamente contrató a un “profesional”. No hay que proteger realmente al “chapucero” aquí.
Sólo el hecho de preguntar al cliente si necesita una factura ya dice mucho sobre el “profesional”.
De hecho, para mí fue casi imposible que dos pintores ejecutantes, liberados por el jefe, hicieran bien su trabajo, el problema ocurrió demasiado rápido...