Escribes sobre una zona de nueva construcción, sobre negociaciones de compra y sobre un campesino que poseía la tierra anteriormente. De ello deduzco, según la experiencia, tres cosas:
Zona de nueva construcción.
Eso suena a una zona que consiste en suelo urbanizable y que recién ha sido designada como tal. Hoy en día, en la mayoría de los casos, eso significa que se ha elaborado o se está elaborando un plan de urbanismo. El proceso de elaboración o el plan de urbanismo firme no son un secreto, suelen ser objeto de sesiones públicas del ayuntamiento y hoy en día también habitual mencionarlo en la página web del municipio.
Campesino.
Un uso agrícola previo hace suponer que las parcelas antes de la urbanización deberán pasar por un procedimiento de agrupación. A los agricultores les gusta que los campos sean alargados para dar pocas vueltas con el tractor, pero para las casas preferirían tener más ancho. Además, las superficies para calles y zonas verdes deben salir de algún lado. Lo habitual es meter todas las parcelas en una coctelera, descontar un treinta por ciento para zonas comunes, mezclar todo y devolver a cada propietario el setenta por ciento restante en forma más compacta. Se intenta mantener algunos límites de parcela, ya que son útiles como puntos de referencia en la nueva medición, y así la nueva parcela no queda completamente en otra esquina.
Compra.
Ocasionalmente, algunos agricultores venden su tierra antes de la agrupación al municipio, pero con más frecuencia los propietarios quieren quedarse con la plusvalía generada por la transformación en suelo urbanizable. Si el municipio intenta adquirir toda la zona, eso es una señal de que tiene en mente un modelo para habitantes locales. Entonces el municipio comienza el proceso de selección de solicitantes solo cuando sabe cuántas parcelas tiene para ofrecer.