Mi procedimiento sería el siguiente:
Con los inquilinos actuales y el propietario, concertar una cita, comunicar claramente tus/vuestras ideas y deseos (reparar coches, cómo se deben utilizar las habitaciones adyacentes, si procede). Entonces veréis más o menos cómo piensa la "otra parte". También preguntad sin problema al propietario actual si hay alguna razón especial para vender la casa (si no la conocéis ya).
Si todos los parámetros están de acuerdo y después de una conversación aún tenéis una buena sensación, entonces no dudéis en lanzaros por la propiedad de vuestro interés.
Personalmente, siempre valoro las conversaciones claras, abiertas y honestas de antemano, porque así ambas partes se conocen y, en mi opinión, se evitan malentendidos que podrían conducir a descontento.