Una desventaja de los ladrillos sin rellenar son las delgadas paredes interiores. Por eso también son menos resistentes a la compresión y estructuralmente un poco menos soportables. No es raro escuchar que algunos ladrillos ya llegan defectuosos a la obra, ya que son muy propensos a grietas y se rompen parcialmente al retirar la paleta. Debido a las delgadas paredes interiores, también es más difícil fijar objetos grandes o pesados en la pared, por ejemplo, toldos. Asimismo, las fisuras en el revoque son más probables que en ladrillos rellenos con paredes interiores más gruesas. El uso de un revoque reforzado con malla puede ayudar en esto, pero elimina la ventaja de precio frente a los ladrillos rellenos.
Los ladrillos rellenos, por supuesto, también tienen desventajas, que varían algo según el relleno (perlita, lana mineral o ladrillos con fibras de madera, que son más raros, ...). Una desventaja frecuente son más puentes térmicos, ya que los huecos se compensan simplemente con mortero o revoque. Asimismo, se permiten juntas de hasta 5 mm rellenas con mortero, aunque en la realidad también se han visto juntas más anchas.