Pues mide simplemente la temperatura en la ventana.
El cristal tiene que estar muy frío si el agua se condensa así.
Si no tienes un termómetro adecuado, hazlo simplemente con la mano.
Como referencia puedes usar objetos de rangos de temperatura conocidos, por ejemplo, refrigerador, sótano, dormitorio.
Si el aislamiento funciona, el cristal interior de la ventana debería estar solo unos grados más frío que la temperatura ambiente.