y llevo paralelamente un libro de contabilidad doméstica.
Eso siempre es una buena idea.
Soy demasiado perezoso para llevar uno real donde tenga que apuntar cada café comprado. Me he hecho una gran hoja de Excel.
Arriba está primero lo que entra mensualmente. Debajo los costos fijos de casa y vivienda. Luego debajo, los costos fijos de contratos.
Después vienen algunos costos fijos para seguros y ocio. Antes tenía una sección para deudas (préstamos pequeños o algo así). Luego otra sección para aportes de ahorro/reservas.
Y debajo tengo otra sección donde acepto importes fijos para los costos variables mensuales: alimentos/droguería, efectivo, gasolina, ropa. Son solo valores estimados con los que calculo cada mes con las mismas cantidades.
Al final de la hoja calculo los saldos uno contra otro, luego llego a un "resultado después de costos fijos" y un "resultado" (donde también se restan los variables). Y así sé lo que en promedio nos queda al final del mes.
En algunos meses coincide mejor, en otros peor — no compras ropa todos los meses, por ejemplo. Pero es una gran visión general y trabajo mucho con la tabla. Por ejemplo, marco en verde cada mes lo que ya se ha debitado. Así cuando miras el saldo de la cuenta siempre sabes si ya has pagado la mayoría o si alguien aún hace un débito mayor.