En nuestra región, las oficinas del distrito cobran regularmente las notificaciones positivas de los municipios sobre consultas previas.
Entonces debe haber razones para eso, por ejemplo, una mala interpretación de la amabilidad hacia los ciudadanos por parte de los municipios. Los municipios pueden desear aún más familias jóvenes, pero el marco legal sigue siendo considerable.
Aquí no se obtiene una notificación positiva en casos como este. Primero, las autoridades superiores deben dar su aprobación y esto ocurre raramente en zonas exteriores.
El problema es que la aprobación del consejo municipal por sí sola no es suficiente: una ordenanza de delimitación es, en cierto modo, una solicitud de modificación del plan de ordenación territorial, que debe ser aprobada por la autoridad estatal de planificación territorial inferior. Por más que el municipio apueste por ello, si el nivel estatal está en contra, la administración a nivel del distrito actuará en consecuencia.
Por eso hay que distinguir aquí entre la voluntad de planificación del municipio y la validez jurídica del proyecto, que implica emitir una ordenanza de delimitación e incluir el área en cuestión dentro del ámbito de aplicación del plan de desarrollo urbanístico o de la ordenanza de diseño. De ahí también mi asombro incrédulo.