He equipado áreas de bienestar durante mucho tiempo. Mi evaluación muy personal: uno no se recupera ni más rápido ni mejor con más estímulos, posiblemente simultáneos, del exterior. En el jacuzzi se tiene el calor del agua, el efecto de los chorros, en invierno al aire libre un estímulo climático maravilloso, copos de nieve danzando desde arriba contra el cielo nocturno y un calor delicioso desde abajo. No pondría nada en los oídos. Un jacuzzi de todos modos no es precisamente silencioso. En realidad, en los lugares de relajación uno debería poder sentirse un poco hacia adentro. Mi experiencia fue que, cuanto más estresadas y orientadas hacia el éxito estaban las personas, más efectos querían superponer. Pero yo considero que eso es contraproducente. Pero cada uno debe decidir por sí mismo.
Saludos cordiales
Gabriele