Las legionelas se sienten especialmente bien a temperaturas de aproximadamente 30 a 45 grados. Aquí las bacterias no solo sobreviven, sino que se multiplican a un ritmo acelerado. Si los consumidores quieren prevenir las legionelas, ayuda calentar el agua:
A una temperatura de al menos 50 grados, las legionelas dejan de multiplicarse y mueren lentamente.
A partir de aproximadamente 60 grados, los peligrosos agentes patógenos mueren.
Conclusión: prevenir las legionelas significa asegurarse de que el agua caliente se caliente a más de 50 grados.
Cuidado con el agua estancada: cuando usamos agua caliente del grifo, siempre queda un resto en las tuberías. Esta agua estancada se enfría y puede ofrecer una zona perfecta para que las legionelas, que se han asentado en las tuberías o especialmente en las puntas muertas, se desarrollen. La próxima vez que abramos el grifo, estaremos sacando precisamente esta agua contaminada. Aquí ayuda dejar correr el agua unos segundos.
Mi sugerencia: No te preocupes si al principio quieres ducharte o cepillarte los dientes en casa, antes deja correr el agua unos 30 segundos y listo.