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Es mi patrimonio, he conseguido un trabajo correspondiente y no estamos casados. Ella no tiene un patrimonio notable ni un salario correspondiente. Por lo tanto, evidentemente soy yo solo quien aparece en el registro de la propiedad, ya que yo pago solo las cuotas y los costos de mantenimiento.
¡Sí! Pero a más tardar al formar el nido, y como muy tarde al tener hijos, ya no existe el “mío”, sino principalmente un “nuestro”.
La confianza debería estar mejor depositada en la pareja de vida que en “conocidos y colegas”.
El objetivo es una felicidad compartida, porque tu dinero solo, con el tiempo, te puede dejar solo.
Trabajar en eso comienza en la mente y debe existir la disposición para poner el bienestar de la pareja por encima del propio bienestar.
Si eso no existe, yo tampoco querría construir nada.
(33 m² para niños // 36 m² para coches)