andimann
29.02.2016 12:14:06
- #1
¡Hola!
No encuentro absolutamente nada reprochable en el planteamiento fundamental del TE.
Precisamente el sector de cocinas, con su comportamiento empresarial totalmente absurdo (sí, el precio de lista es 25 000 €, pero casualmente hoy tenemos un descuento raro del 38,4168416%, además el "descuento te quiero mucho" y el "descuento soy un pobre diablo que tiene que pedir permiso al jefe", bajando el precio a 12 000 €, pero como su esposa es tan amable, hago 8 000 €) da mucha importancia a mostrarse como un socio de negocios poco serio.
Cosas como una garantía de precio mínimo en productos que en realidad no son comparables, como una cocina, ya son de por sí una impertinencia.
Incluso estaría dispuesto sin problema a darle a un competidor de 200 a 300 euros para que me haga una oferta de comparación _realmente_ buena. Prometo también que no volveré a esa oferta, sino que la compraré con la garantía de precio mínimo con el competidor.
Quien se comporta como un proveedor poco serio (y eso lo hacen los de cocinas en una medida que probablemente supera a cualquier bazar árabe de turistas estafadores), no debe sorprenderse si los clientes se vuelven listos también.
En lo laboral nunca he visto nada remotamente parecido a cosas tan absurdas como en mis dos intentos de comprar una cocina en un estudio de cocinas.
Saludos,
Andreas
No encuentro absolutamente nada reprochable en el planteamiento fundamental del TE.
Precisamente el sector de cocinas, con su comportamiento empresarial totalmente absurdo (sí, el precio de lista es 25 000 €, pero casualmente hoy tenemos un descuento raro del 38,4168416%, además el "descuento te quiero mucho" y el "descuento soy un pobre diablo que tiene que pedir permiso al jefe", bajando el precio a 12 000 €, pero como su esposa es tan amable, hago 8 000 €) da mucha importancia a mostrarse como un socio de negocios poco serio.
Cosas como una garantía de precio mínimo en productos que en realidad no son comparables, como una cocina, ya son de por sí una impertinencia.
Incluso estaría dispuesto sin problema a darle a un competidor de 200 a 300 euros para que me haga una oferta de comparación _realmente_ buena. Prometo también que no volveré a esa oferta, sino que la compraré con la garantía de precio mínimo con el competidor.
Quien se comporta como un proveedor poco serio (y eso lo hacen los de cocinas en una medida que probablemente supera a cualquier bazar árabe de turistas estafadores), no debe sorprenderse si los clientes se vuelven listos también.
En lo laboral nunca he visto nada remotamente parecido a cosas tan absurdas como en mis dos intentos de comprar una cocina en un estudio de cocinas.
Saludos,
Andreas