entonces hago concesiones en la estética.
No veo ninguna concesión, las ranuras no tienen bordes rojo intenso.
¡Esas son verdaderas ranuras milagrosas que detienen el agua movida por el viento!
Tonterías, ningún milagro. El alféizar de la ventana está inclinado longitudinalmente, pero nivelado transversalmente >>> Resultado: la precipitación fluye uniformemente en anchura. Pero el ideal de laboratorio de viento tranquilo y lluvia cayendo recta rara vez se da. La lluvia guiada por el viento es empujada lateralmente en el alféizar según la dirección del viento, es decir, hacia un lado del marco, y allí se acumularía más. En ese camino, se le ofrece una ranura que conduce parte del agua. Y de hecho una cantidad nada despreciable, pues la ranura es profunda varias capas de agua. Nada de hechicería, simplemente un reborde o como se llame.
¡Y no estamos hablando de alféizares de aluminio!
En estos, un reborde adicional da estabilidad al voladizo.