Dos experiencias me hacen creer que un sistema muy ruidoso puede ahuyentar a los ladrones. Seguro no a todos, pero al menos a algunos.
Tenía en mi tienda de Hi-Fi en Berlín un sistema de alarma conectado con la seguridad privada. Cuando un ladrón entró por una ventana en el patio trasero, la alarma sonó, me avisaron y llegué al lugar junto con los guardias de seguridad en 15 minutos. Poco después llegó la policía. Solo hubo daños materiales y un escritorio revuelto, no se robó ningún dispositivo y no faltó dinero porque tampoco había en la tienda. Eso fue en 1995.
Conclusión: El sistema de alarma cumplió su función.
En la casa de mis padres, un ladrón entró en diciembre de 2017 por una puerta del invernadero. Al parecer llegó hasta una cómoda en la sala cuando la alarma se activó. El vecino, que estaba con su perro, no pudo detectar nada sospechoso. Recibimos una llamada de otros vecinos, ya que mis padres estaban de viaje, y al encontrar la puerta abierta llamamos a la policía y permitimos que aseguraran las huellas. Solo hubo daños materiales; dinero y joyas no estaban en la casa, por lo que tampoco podían faltar.
Conclusión: El sistema de alarma cumplió su función.