Cuando miro a mi alrededor en nuestra zona, actualmente no querría ser propietario de un bosque. En realidad, solo se escucha la palabra: ¡barrenador! Algunos ya no tienen bosque, porque casi todo ha sido talado. La semana pasada salí a correr y pensé en atravesar la gran zona boscosa. Alrededor hay una corona de árboles y en el interior, en la enorme superficie, ya no queda nada. También es un error del pasado que en nuestra zona se haya apostado casi exclusivamente por el abeto. Lo que el barrenador ha dejado en pie en los últimos años, en parte lo ha arrancado la tormenta.