También tenemos muebles de ratán (no sé exactamente el material), que están afuera desde hace años bajo viento y lluvia y todavía se ven bien. Lo que me molesta más son los cojines: son tantos que necesitan mucho espacio para guardarlos. Los guardamos después de cada uso, ya que se empapan de agua cuando llueve y probablemente también se deteriorarían con el tiempo. Eso hace que uno se lo piense dos veces antes de sentarse, porque luego hay que guardarlos...